domingo, 18 de noviembre de 2012

La labor de ser madre, esposa, trabajadora y mujer

Cómo ser todo esto sin volverse loca, no es imposible, pero es una labor muy compleja, llena de ups and downs.
La vida cuando se es soltera se basa en vivir para sobrevivir, trabajar para sobrevivir y carretear para sobrevivir, la prioridad máxima es uno, luego tu pareja si tienes, tu familia y tus amigos. Te despiertas en la mañana y puedes decidir si levantarte o no, puedes quedarte en la cama todo el día si quieres y nada pasa. Tienes una vida sexual dentro de lo normal activa, donde te cuidas con anticonceptivos o no. Y estás 100% dando amor a tu pareja, preocupándote de él, pues es tu compañero de vida, es tu todo. Sales de fiesta cuando quieres y tú decides a qué hora regresar, hay veces que ni regresas. Y cuando vivimos esa vida siempre nos quejamos de lo estresados que estamos, de lo difícil que es la vida.
Maternidad
 
Y llega el día en que somos mamás. Y todo cambia. Todo es todo. Nada vuelve a ser lo mismo. Pues la prioridad máxima pasa a ser tu hijo, luego tu esposo, luego tu, luego tu familia y por último tus amigos. Y ahora nos levantamos cuando nuestro hijo llora no cuando queremos, ahora nuestra vida sexual deja de ser tan activa, ahora nuestra pareja pasa a un segundo plano y nos concentramos mucho en nuestros hijos y nuestro foco de atención deja de ser exclusivo para él.

Y ya no sales de fiesta cuando quieres, sino cuando puedes conseguir quien te cuide tu hijo. Y cuando vivimos esta vida tenemos el total derecho de quejarnos de lo estresados que estamos, de lo difícil que es la vida, pero también la perspectiva cambia al ver el mundo desde un punto de vista más positivo, pues queremos ver crecer y triunfar a nuestros hijos, en este punto chicas el camino simplemente se extiende, se hace infinito.
Para una mujer la vida es compleja, tiene que ser la mejor madre, la mejor esposa, la mejor empleada y la mejor mujer en su vida. Y a veces simplemente no podemos. Algunos meses somos mejores en una cosa y otros mejores en otras.
A veces nos concentramos tanto en hacer felices a todo el mundo que nos olvidamos de nosotras y cuando nos miramos al espejo estamos cansadas, gordas y feas. Por eso no debemos olvidarnos de nosotras, de la mujer que somos, pues esa es nuestra esencia, debemos aceptar que no podemos ser las mejores en todo y dejar de exigirnos tanto, solo así podremos vivir mejor.
 Mónica Paipa, ex Guía de Maternidad
Imagen: Javier Olea
 
 
 

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